
El 21 de febrero del año 2013 se cumplen 200 años de la muerte del insigne historiador escritor, naturalista y educador canario -nacido en Los Realejos, vecino del Puerto de la Cruz y de La Laguna y fallecido en Las Palmas- José de Viera y Clavijo. Además de en las islas, vivió en Madrid y viajó por España -dejó escrito la narración de su viaje por La Mancha- y, en dos ocasiones, por diferentes países europeos. Cura, al final de su vida arcediano de Fuerteventura, curioso nombramiento eclesiástico, conformista en unas cosas y reformador en otras. Tal vez algo más que su admirado Feijoo, pero bastante menos -las cosas en España no daban para más-, que su también admirado Voltaire. Un personaje, en suma, interesante, complejo, apasionante. Por lo que se refiere a la construcción científica, aunque aún deudora de fijaciones mitológicas y legendarias, de la historia de Canarias, a la manera del siglo XVIII, un personaje imprescindible. Esperemos que el recuerdo de su vida y de su obra esté el próximo año, a su altura.
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